Con el trabajo,
nuestras familias, las facturas y la iglesia, suele ser difícil establecer una
balanza entre nuestras responsabilidades cotidianas y nuestras obligaciones
espirituales.
En mi clase del Nuevo Testamento, leímos
la cuenta de cuando los fariseos tentaron a Cristo, preguntándole si los Judíos
debían de pagar impuestos a los romanos. Cristo les da una respuesta increíble
(Mateo 22:19-21). Hablando a los Judíos, él dice:
“Mostradme la moneda del tributo. Y
ellos le presentaron un denario.
Entonces les dijo: De quien es esta
imagen y la inscripción?
Le dijeron: De Cesar. Y les dijo: Dad, pues, a Cesar lo que es de Cesar, y
a Dios lo que es de Dios.”
Aprendimos que hay dos partes increíbles contenidas en esta respuesta. Primeramente, Cristo instruye a los Judíos
que tienen una obligación a sus líderes terrenales. No son eximidos de sus responsabilidades
mundiales
Sin embargo, la parte segunda es la más
significativa. Así como las monedas eran la propiedad de Cesar porque tenían su
imagen, también entonces nosotros somos la propiedad de Dios porque somos
hechos en Su imagen. Entonces, tenemos
la responsabilidad de entregarnos a Dios.
Recuerdo una vez cuando que se me
acercaban unos exámenes. En la misma noche en la que iba a estudiar para ellos,
mi barrio hizo un viaje al templo para hacer bautismos vicarios. Estaba
nervioso que si fuera, no podría estudiar lo suficiente para sacar buenas notas.
Sin embargo, cuando llegué, me sentí una paz grande que me ayudó a olvidar mis preocupaciones.
Al final, rendí muy bien en mis exámenes a pesar de que no estudié tanto.
En nuestras vidas, todos tenemos las
responsabilidades diarias. Debemos de pagar impuestos a un gobierno que nos
proporciona muchos servicios. Pagamos la renta a las personas que nos da un
lugar para alojarnos. Sin embargo, la obligación más grande que tenemos corresponde
a Él que nos ha dado nuestros cuerpos y almas—todo lo que somos y que podemos
llegar a ser. El leer las escrituras, orar, pagar diezmos, asistir a la
iglesia, cumplir un llamamiento y guardar los mandamientos son partes
esenciales de expresar gratitud por cada bendición que hemos recibido. Te
prometo que si hacemos estas cosas con sinceridad, el Señor nunca va a dejar de
bendecirnos.
Fui al concierto de "The National Parks" |
Nosotros y la banda despues |
Tambien fui al templo de Payson. Uno de los mas bellos en Utah! |
No comments:
Post a Comment